¿Entropía o Pecado?
Entonces, en aquella oportunidad terminó el video que
estaba viendo y, por la configuración de mi teléfono, de reproducción contínua,
de forma automática inició el siguiente.
Esta conferencia era de una persona llamada Diego
Dreyfus, Ingeniero Físico, (YouTube, 2019) y que el tituló “TE DESEO MÁS CAOS
DEL QUE PUEDAS AGUANTAR”.
En el video explica el significado de la palabra
Entropía y la describe como “la magnitud física para calcular la cantidad de
desorden o caos en el universo” y explica que la cantidad de caos siempre
aumenta y concluye que el universo es entrópico, es decir, que siempre tiende a
ser caótico y desordenado.
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Fuente: pixabay.com |
Cuando lo escuchaba, pensaba en la condición del ser
humano, iniciando por mi vida misma, es decir, mi vida antes de tener una
relación personal con Jesús iba en picada, al caos, a la destrucción.
Entonces, surgieron algunas preguntas en mi mente al
respecto y entre las cuales estaban estas: ¿por qué existe el desorden en el
universo? y ¿por qué aumenta? Y luego hice un pequeño repaso de la historia de
la humanidad y veo que tiene esa misma tendencia, es decir, al desorden, al
caos. A pesar de los avances tecnológicos y demás conocimiento que se ha
alcanzado, la consecuencia de todo esto es caos.
Sólo lea algunas de las estadísticas respecto a la
huella ecológica (Global Footprint Network, s.f.) del ser humano sobre el
planeta, la que indica que año con año la humanidad entera consume de forma más
rápida los recursos que el mundo produce.
Por otro lado, los índices de violencia, las guerras,
el aumento de las temperaturas, la escasez de agua, el tránsito vehicular, el
desempleo, el hambre, la prostitución, la migración, guerras, suicidios y pare
de contar. ¿No le parece que el desorden en este mundo crece cada día? ¿No siente
que, en lugar de avanzar, cada vez más se retrocede?
Se cumple, entonces, el enunciado anteriormente
mencionado: el mundo es entrópico, tiende al desorden, al caos.
Sin embargo y a pesar de lo anterior, la entropía se
puede disipar, reducir o parar, ¿cómo?, podría estar preguntándose en este
momento. Si, se reduce o desaparece con el orden.
¿ah?, podría estar diciendo usted. Muy fácil.
Sí, claro, muy fácil se entiende, pero en la vida
real, ese orden no llega solo porque sí.
Si el universo es entrópico, nuestro planeta también
lo es y con éste, sus sistemas y sus seres vivos, entre los cuales estamos
nosotros, los seres humanos.
Bueno, piense por un momento esto: Trate de parar su
envejecimiento. No es posible, a menos que en su vida aplique un poco de orden.
¿Orden en qué? En sus hábitos alimenticios, en su debido descanso, ejercicio
constante, salud mental, vida espiritual, etc.
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Fuente: pixabay.com |
Todo lo anterior puede contribuir a parar o reducir el
envejecimiento, sin embargo, la entropía continuará y ganará porque,
indefectiblemente, moriremos.
¿Cuáles fueron mis conclusiones, considerando el
contexto de La Biblia y lo que ahí se describe con respecto a la entropía?
De forma literal no la presenta, pero a mi entender es
el pecado. ¿Qué es el pecado, entonces?
La Biblia describe el origen de la humanidad con la
creación de un hombre, cuyo nombre era Adán. Luego, de éste creó a una
compañía, Eva. Todo iba bien hasta que un tercero entró en la escena, la
serpiente.
Esta serpiente provocó que la relación directa que el
hombre tenía con su Creador se rompiera. Las consecuencias fueron varias, entre
éstas, considero la más importante el rompimiento del orden, tal como había
sido pensado. Este orden tenía como principal característica, la relación
directa y sin intermediarios entre Dios y su creador.
Pero, ¿inició aquí la entropía en el universo? No.
Este relato, si se quiere, es más doméstico, es del planeta tierra, pero la
entropía es un estado del Universo, del Cosmos.
Es aquí donde, el tercero en discordia, es decir, esa
serpiente, cobra cierta importancia.
Otros relatos de La Biblia mencionan la expulsión de
un ser angelical, por demás hermoso, Luzbel. Este personaje pretendió, algo
como un golpe de estado celestial, es decir, tomar el lugar que sólo le
corresponde al Creador, Dios.
La rebelión fue tal, que fue expulsado de aquel lugar.
De nuevo, el orden establecido en el Cosmos fue alterado. Entonces, aparece la
entropía por primera vez. Sin duda, no fue una expulsión solamente verbal, es
decir, un simple “vete” o “sal de aquí”. Fue con mucha violencia. Esto provocó
desorden y caos en el cosmos, el que hasta hoy se puede medir, observar,
estudiar y ha sido descubierto por los científicos.
Aquí me permito volver al inicio del relato de la
creación.
¿Cuál era la condición en la que estaba la creación al
principio?
Según el segundo versículo del primer capítulo del
Génesis, caos total, tal como se puede leer algunas versiones de La Biblia,
como la Nueva Versión Internacional, NVI. En otras palabras, reinaba la
entropía.
Sin embargo, a partir del siguiente versículo, es
decir, el tercero, Dios empieza a poner orden en el mundo físico, en otras
palabras, a disipar la entropía.
Esta queda totalmente disipada, pero la intervención
de la serpiente en los relatos que le describí anteriormente, hace que el caos
vuelva a reinar. La entropía toma control de nuevo.
Con lo anterior, comparto las conclusiones presentadas
por Diego Dreyfus. “El mundo tiende a ser desordenado y caótico. El universo es
entrópico”.
En medio de este desorden reinante, donde el caos es
parte del pan diario para cualquier ser humano, ¿qué tipo de orden puede
disipar la entropía?
Al parecer no hay nada que nos pueda salvar como
humanidad, sin embargo, tengo buenas noticias para usted.
Hace más de dos mil años, llegó a este mundo un
personaje que prometió acabar con la entropía personal, hasta su punto máximo
de expresión, es decir, la muerte.
Suena bien, ¿verdad?
En efecto, Jesús llegó al mundo a disipar la entropía personal.
Veamos:
Ofreció que cualquier persona que iniciara una
relación personal con él tendría acceso a una vida eterna, libre de la
expresión máxima de la entropía, la muerte eterna.
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Fuente: pixabay.com |
Además, ofreció que, si permanecemos con la relación,
podemos dar fruto en nuestras vidas. Entonces, puedo interpretar que esto no es
más que disipar la entropía, si, aquella que evita que en nuestras vidas haya
fruto, orden, realización.
Sin embargo, aunque de manera personal podamos disipar
la entropía, el mundo continúa siéndolo. Ya lo describí al principio. Este
continúa en una vorágine hacia el caos y parece que nada es capaz de detenerlo.
En este momento, parece que lo importante es que, de
manera personal, decidamos disipar la entropía, pero ¿cómo?, podrías estar preguntándote.
Según La Biblia, esto sólo puede ser a través de tus
propias palabras, es decir, en una confesión en la que le des el control de tu
vida a Jesús y aceptes su señorío.
Aquí, te dejo un modelo de confesión que podría
ayudarte y sería algo como la siguiente:
Señor Jesús, de manera personal quiero entregarte mi
vida. Según puedo ver, ésta no tendrá un final feliz, a menos que alguien
intervenga en el caos que se me avecina. Te entrego mi vida y declaro mi deseo
para que tú seas mi Señor. Amén.
Esta sencilla oración, expresada con
sinceridad, de forma sobrenatural, puede hacer que el proceso entrópico de tu
vida sea intervenido con el orden que Dios, a través de Jesús, pondrá en tu
vida a partir de hoy y lo único que debes hacer es probar. ¿Te atreverías?
Bibliografía
- Global Footprint Network. (s.f.). Global Footprint Network. Obtenido de https://www.footprintnetwork.org/
- Wikipedia.org. (4 de julio de 2019). Wikipedia. Obtenido de https://es.wikipedia.org/wiki/TED
- YouTube. (25 de junio de 2019). Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=vIgtl27hQmk
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