Crisis económica, ¿cómo les afectará a los cristianos?

Hace unos meses llegó a mis manos el libro “El Plan de Dios para su Dinero”, escrito por Derek Prince (1915-2003) y dentro de éste menciona el testimonio de un pastor de una iglesia de Toronto, Oswald J. Smith, quien estaba a cargo de ésta en los años de la gran depresión económica, es decir, la década de 1930.


El testimonio describe cómo Oswald tuvo que ayudar a muchas personas que por cientos acudían a su iglesia a solicitar ayuda económica, debido a la escasez de trabajo y recursos que hubo en aquel tiempo. Sin embargo, después de algún tiempo de hacerlo, se dio cuenta que aquellos a quienes ayudaba no eran los mismos que se consideraban fieles diezmadores en su iglesia y con esto llegó a la conclusión de que “Dios se había encargado de cuidar a todos los que habían diezmado fielmente”. (Prince 2005).

Como ya lo sabrá, sea por las noticias o porque en sus visitas al supermercado percibió que los precios de los artículos se incrementaron, estamos a las puertas de una crisis económica global o, para decirlo de mejor manera, ya estamos en ella.


Sí, de un vistazo por las noticias económicas de las principales cadenas internacionales de noticiosas y sabrá que la crisis está golpeando por muchos frentes a las economías de Europa, Asia, Estados Unidos y Latinoamérica.

Entonces, ¿cómo le afectará esto a los cristianos? Bueno, me atrevo a declarar que no debería afectarles en ninguna manera, siempre y cuando hayan sembrado suficientes semillas en el pasado.

Pero, ¿a qué tipo de semillas me refiero?, me refiero al dinero.

Al respecto, ¿es usted un fiel contribuidor a la causa de su iglesia?, ¿le tiende la mano al necesitado?

Lea lo que pablo escribió en la segunda carta a los corintios:

El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.

2 Corintios 9:6, NVI

En otras palabras, dar es sembrar y la proporción (el tamaño de su generosidad) de lo que usted siembra, será lo que usted reciba.

De nuevo, Pablo nos informa sobre la mejor manera de enfrentar una crisis económica:

 

Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.

2 Corintios 9:6, NVI

(Las negrillas son del autor del artículo)

 

Por otro lado, el rey Salomón lo escribió mucho antes que Pablo y lo dijo de esta manera:

Dale de comer al hambriento, y un día serás recompensado. Comparte lo que tienes con siete y hasta ocho amigos, pues no sabes si mañana el país estará en problemas.

Eclesiastés 11:1-2, TLA

(Las negrillas son del autor del artículo)

 

Los grandes inversionistas blindan sus recursos en diversos tipos de negocios, aplicando así aquel viejo adagio que dice: “no pongan todos los huevos en la misma canasta”, y ubican su dinero en acciones de negocios que con el tiempo han sido estables o compran empresas que están en problemas, para luego ellos reforzarlas y al final también venderlas. Bueno, estos consejos se pueden encontrar fácilmente en cualquier libro de finanzas, pero Dios lo resume para nosotros de esta manera: Sembrar, para cosechar.

¿Ha sembrado lo suficiente en el pasado?, sino, empiece hoy mismo.

 

Bibliografía

Prince, Derek. El plan de Dios para su dinero. New Kensington: Whitaker House, 2005.

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