Pero Dios...
Así como sucede cuando se escribe, como en las conversaciones, la palabra "pero" es utilizada para contrastar, limitar o modificar una oración previa.
Algunos especialistas en conversaciones de seguimiento o revisión de resultados (feedback) para sus equipos recomiendan no usarla por el efecto que tiene. En si, la palabra no tiene connotación negativa, sin embargo, es cuando de aplica que puede causar un efecto no deseado, Por ejemplo, esta conversación entre un jefe y algún miembro de su equipo:
Siempre en el libro de Génesis, ahora dentro del capitulo 20, se narra una historia de Abraham, cuando se trasladó a vivir a una ciudad con nombre Gerar. El, siendo extranjero y sabiendo que podían matarlo para quitarle a su esposa, la presentó ante el rey Abimelec como su hermana.
El siguiente ejemplo es con Jacob. En el capítulo 31 de Génesis se narra la vez en la que Él huye (con sus esposas, hijas de Labán) de su suegro, por miedo a alguna represalia. En efecto, Labán fue en búsqueda de su yerno para tomar alguna acción de venganza, pero una noche antes,
"pero la noche anterior, Dios se le había aparecido
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Jefe: "He revisado tu informe sobre el proyecto. Está bien detallado y veo que te has esforzado, pero realmente esperaba que entregases algo más innovador y que anticiparas los problemas que surgieron."
Esta conversación nos muestra porque los especialistas sugieren no utilizarla, no obstante, dentro de La Biblia vemos varias intervenciones de Dios y que el escritor plasmó ese "pero" para dar a entender que sino hubiese sido de esa manera, la situación o vida del personaje hubiesen tomado otro rumbo. Veamos.
En Génesis, capitulo 19, se narra la historia de la destrucción de Sodoma y Gomorra. El sobrino de Abraham estaba destinado a su desaparición, pero la intervención de su tío, solicitando ayuda directamente a Dios hizo que esto no sucediera y el suceso fue escrito de esta manera:
"Pero Dios había escuchado la petición de Abraham y salvó la vida de Lot, a quien sacó del desastre que se tragó a las ciudades de la llanura."
Génesis 19:29, NTV
Otro ejemplo es el de Abraham.
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Entonces, el rey la mandó a llamar para pasar aquella noche con Sara,
"Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que
has tomado, la cual es casada con marido."
Génesis 20:3, RVR
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"pero la noche anterior, Dios se le había aparecido
a Labán el arameo en un sueño y le había dicho:
«Te advierto que dejes en paz a Jacob»."
Además de estos tres ejemplos, hay otras ocasiones en las que las intervenciones directas de Dios representan ese "pero" que provocó un final diferente en la vida de sus protagonistas.
Ahora, aplicando lo anterior a nuestras vidas, es probable que tú estés necesitando una intervención directa de Dios en tu vida, para que tu futuro sea diferente al que ahora visualizas. Tú necesitas un "pero" de Dios.
Si por alguna razón que desconoces estás leyendo este breve artículo es porque Dios te ha traído hasta aquí, pensando que de pronto hoy es el día de tu propio "pero".
Si es así, puedes iniciar a darle vida a ese cambio con esta oración sencilla.
Aquí estoy, Dios, siendo consciente de la necesidad de un cambio de rumbo en mi vida. Por eso, te entrego mi vida y todo mi ser, para que tu hagas de mí lo que tu consideres mejor.
Amén.
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